Para muchos el nado sincronizado solamente es “nadar bonito y tener una gran sonrisa”, nada más equivocado que eso, nuestra disciplina, el nado sincronizado, es una disciplina olímpica muy completa y competitiva que exige fuerza, gran condición física y diversas habilidades y destrezas.
La variedad de personalidades, capacidades y hasta complexiones físicas son muchas, pero para lograr ser una buena nadadora de nado sincronizado hay 8 cosas que no se pueden dejar de lado.
1.- Fuerza
Nadar una rutina, llevar a cabo una serie de figuras (elementos técnicos), sin duda que requieren de mucha práctica y gran habilidad técnica, sin embargo, es la fuerza (tanto de voluntad como física) la que permite que nuestras rutinas y o figuras (elementos técnicos) se desarrollen a la perfección.
2.- Inteligencia
Memorizar cada movimiento de una rutina al mismo tiempo de ejecutarlo con gran habilidad, bajo la mayor de las exigencias físicas, en el agua y bajo la evaluación de una tercera persona (juez). Requiere de una gran actividad mental, no solo en el momento de exponer las rutinas, sino en el saber como administrar los recursos físicos, artísticos y técnicos. Saber elegir el tema musical de acuerdo con las capacidades de las integrantes de las rutinas y memorizar elementos técnicos es todo un tema.
3.- Ritmo
Saber llevar la cuenta es una cosa, pero ejecutarla con gracia y sobre todo siguiendo el pulso de una pista o arreglo musical es todo un rollo. No es de extrañarse que si eres una atleta de nado sincronizado y suena tu celular o tocan timbre de tu casa te pongas a bailar.
4.- Pasión
Una buena nadadora de nado sincronizado se apasiona por nuestra disciplina. Disfruta de sus competencias y de sus entrenamientos (aun en las ocasiones en que la entrenadora pareciera odiar al mundo). Siente la música, vibra antes de ejecutar una figura, se preocupa por su rendimiento y ayuda a su equipo.
5.- Elasticidad
La elasticidad es una de las exigencias máximas, permite, sobre todo en categorías menores el libre movimiento y el alcanzar a desarrollar elementos y/figuras con mayor habilidad.
6.- Coraje
Cuando te patean en la cara después de una cargada, pierdes la naricera, te entró agua a los goles, tragaste agua, estas agotada, estas a menos de un segundo de perder la cuenta y te quedan 30 segundos de rutina, solo el coraje hará que culmines como una verdadera nadadora de nado sincronizado.
7.- Gracia
No solo se trata de sonreír, la gracia (por decirlo coloquialmente) hace que la nadadora de sincronizado hipnotice con sus habilidades acuáticas, ya sea en un giro, en una extensión, y hasta en una mirada. La gracia se vuelve parte de su día a día.
8.- Valentía
No cualquiera se adentra a una disciplina tan compleja, completa, de gran exigencia y que termina con la evaluación y el juicio de una tercera persona. No cualquiera levanta a una, o hasta a dos compañeras de equipo con tan solo la fuerza de su cuerpo sin ningún tipo de apoyo dentro del agua, no cualquiera da un salto mostrando la mejor figura sin sentir el miedo a caer encima de otra compañera, y no cualquiera se arriesga a ser juzgado. Se necesita temple, y mucha valentía.