– Hoy me desperté más temprano de lo normal, llegó el gran día!
Me pongo mi traje de baño y siento mi corazón latir rápidamente, sin darme cuenta ya estoy en la alberca, me siento tan extraña! En una mezcla de dolor de estómago, corazón que late con fuerza y una emoción indescriptible, de pronto, empieza la competencia y comienzan mis pruebas, observo a mis compañeras, y también están ahí por la misma razón que yo, de pronto, después de algunos minutos dejando mi corazón en la alberca, se que lo pude haber hecho mejor, que me costó trabajo enfocarme y que los nervios están ahí más fuerte que nunca, bajo mi cabeza, me invaden muchas emociones, incluso siento ganas de llorar, me he preparado tanto! Sin darme cuenta, veo tus ojos mamá, no te has cansado de buscar mis ojos entre tantas niñas para hacerme sentir tu apoyo, y te escucho decir -ánimo hija, no pasa nada, levanta tu cara, tú puedes!!! Y no me doy cuenta de el nudo en tu garganta.
Entonces vuelvo a mi lugar, espero nuevamente mi turno y me doy cuenta que es así, que la competencia tiene que seguir y que pase lo que pase, tú estás ahí, no dejo de escucharte ni un momento, aún cuando permaneces en silencio, algunas veces enviándome un beso, otras con señales de ánimo, y otras con porras y gritos, y así llega nuevamente mi momento.
Lo hice bien!!! Entonces soy yo quien busca tu mirada, y veo la alegría en tus ojos, y te veo brincar junto a los demás papás. Me doy cuenta que no importa el resultado, ahí estás tú, siempre estarás tú.
Gracias mamá! Por tu apoyo, por que a pesar de tu dolor cuando me ves triste no me lo dejas saber, por tus palabras de aliento, por hacerme que me levante nuevamente y siga luchando. Por tus brincos, por tus porras, por tus abrazos y tu amor, por qué siempre estás ahí, a fin de cuentas así es el Sincro, una mezcla de emociones, derrotas y triunfos, pero nada de eso cambiará el lazo que nosotros tenemos.
Gracias por tu apoyo en la alberca, por aguantar en las gradas incomodidades, por pasar horas esperando en mis entrenamientos, por tantos gastos que te hago hacer.
Gracias porque a pesar del cansancio y desveladas, por faltar a tus compromisos o por no llegar a tiempo a ellos con tal de verme aún que sea por unos minutos, por simplemente dejarme saber, que pase lo que pase, ahí estás tú.
Con cariño…
Tu hija que ama el Nado Sincronizado